Visión

En el humano, el sentido especial predominante es la visión. Aproximadamente el 70% de la información que requerimos en forma externa, es visual. Nuestro sistema está construido de modo que nuestros dos ojos vean porciones muy parecidas del mundo exterior (visión binocular o estereoscópica). Sin embargo, lo que ve un ojo es ligeramente distinto de lo que ve el otro, por lo cual nuestra capacidad para ver en profundidad es muy grande.

Con un solo ojo nuestra capacidad para percibir la profundidad está muy disminuida, y requerimos información adicional, tal como saber que los tamaños relativos de los objetos disminuyen con la distancia, para poder desenvolvernos en esta condición. Los rayos de luz llegan a ambos ojos y el sistema visual funde las imágenes dejando una sola.
El sentido de la visión es bastante distinto a los otros sentidos especiales, y se deberán revisar algunos conceptos que se refieren a la energía específica que activa este sistema.

La Luz

La luz es la parte del espectro electromagnético a la cual son sensibles nuestros fotorreceptores. La retina en donde se ubican los fotorreceptores, es sensible a la radiación electromagnética entre 400 y 700 nanómetros (luz visible para los humanos). El “color” blanco es la mezcla de colores y la ausencia de luz se interpreta como negro. La corteza visual (occipital) interpreta las longitudes de onda más cortas (y más energéticas) como los colores violeta y azul y las más largas (menos energéticas) como el naranja y el rojo.

El Globo Ocular (Anatomía)

La principal estructura del ojo humano es el globo ocular, órgano aproximadamente esférico alojado en una cavidad ósea, la órbita, y protegida por los párpados. En la parte superior y externa de cada órbita se ubica una glándula lacrimal, la que secreta permanentemente lágrimas que limpian y lubrican la superficie del globo ocular y que además contienen una enzima bactericida, la lisozima. Generalmente las lágrimas se evaporan o son drenadas hacia las fosas nasales por dos pequeños conductos lacrimales.

El ojo desempeña dos funciones diferentes aunque estrechamente relacionadas. En primer lugar, es un sistema óptico capaz de recoger las ondas luminosas del exterior y proyectarlas como imágenes en la retina. En segundo lugar, es un receptor que responde a las imágenes formadas en la retina y envía la información sensitiva a las áreas visuales del cerebro (corteza occipital).

Para alcanzar el fondo del globo ocular, la luz debe atravesar una serie de estructuras cuyo orden desde afuera hacia adentro es: córnea, humor acuoso, cristalino y humor vítreo hasta llegar a la retina.

Toda la información visual se recoge en la retina, la que constituye una porción del sistema nervioso central desplazada hacia la periferia.

Histológicamente, en el globo ocular se pueden describir tres capas concéntricas que desde el exterior al interior son: la esclerocórnea, la coroides y la retina (Figura 3).

Figura 3. Esquema de un corte medio horizontal del ojo.

Esclerocórnea

Está constituida por la esclerótica (parte blanca del globo ocular) y la córnea (parte anterior), la cual es más convexa y transparente, que permite la entrada de la luz y ayuda a concentrar los rayos luminosos que penetran al ojo. En su cara anterior, el globo ocular está recubierto por una membrana delgada transparente, la conjuntiva ocular, que también reviste la cara interna de los párpados. La conjuntiva no cubre la pupila.

Coroides

Se ubica inmediatamente por debajo de la esclerótica y es una capa de tejido conectivo laxo, muy rica en vasos sanguíneos, lo que ayuda a mantener una temperatura adecuada y una eficiente nutrición a las estructuras del globo ocular. Es pigmentada, lo que ayuda a absorber el exceso de luz y oscurece el interior del ojo.

A partir de la coroides se forma el cuerpo ciliar, que se relaciona a su vez con otras cuatro estructuras:

a) Los procesos ciliares, que secretan el humor acuoso.

b) El iris, que es una especie de disco cuya pigmentación confiere el color de los ojos. El iris deja al centro un orificio llamado pupila, a través del cual penetra la luz. Su diámetro variable determina la cantidad de luz que ingresa a las cámaras mas internas del globo ocular. En el reflejo pupilar intervienen los músculos radiales del iris (dilatación) y los músculos circulares del iris (constricción).

c) Los ligamentos suspensorios del cristalino, que sostienen el cristalino tensándolo periféricamente, de acuerdo a la presión interna del globo ocular (el cristalino es de naturaleza elástica, por lo que cede a la tracción “estirándose” y aplanándose).

d) Los músculos ciliares presentes en los cuerpos ciliares. La disposición de esta musculatura es variada, destacándose un anillo que recorre el cuerpo ciliar a la manera de un esfínter (fibras circulares). La contracción de estos músculos actúa en contra de la presión intraocular, determinando una disminución de la tensión de los ligamentos suspensorios del cristalino y permitiendo la retracción elástica de la lente de modo que aumenta su diámetro central y poder de convergencia.

Retina

Es una membrana epitelial originada a partir del tubo neural (ectoderma), y básicamente está constituida por tres capas celulares sucesivas que se disponen en sentido horizontal de exterior a interior (células receptoras, células bipolares, células ganglionares) como se muestra en la figura 4.

Figura 4. Esquema que muestra las capas de la retina. Solamente se han ilustrado los receptores visuales y las neuronas de conducción directa.

Las neuronas receptoras son fundamentalmente de dos tipos: bastones y conos.

  • Los bastones son muy sensibles a la luz, son responsables de la visión más difusa y de la visión en la oscuridad. También participan en la visión lateral ya que su ubicación es preferentemente periférica en la retina. Contienen un pigmento llamado rodopsina, que consta de una parte proteica (escotopsina) unida a un derivado de la vitamina A, el retinaldehído o retinal.
  • Los conos son menos sensibles a la luz que los bastones y son responsables de la visión diurna, y de la percepción de los detalles y colores. Su ubicación es preferentemente central en la retina, zona denominada fóvea. Su pigmento fotosensible se denomina iodopsina y existe en tres variedades distintas, que originan a su vez tres tipos de conos (que son sensibles a tres tipos distintos de luz: azul, roja y verde). La fina discriminación de colores en el humano se debe a la disposición y gran sensibilidad de cada tipo de conos. La porción de retinaldehído es la misma que aquella encontrada en los bastoncitos.

El Cristalino

Detrás de la pupila se dispone el cristalino, lente biconvexo y elástico, que se encuentra unido por sus bordes a los procesos ciliares, y es mantenido en su lugar por los ligamentos suspensorios (en conjunto: zónula).

El cristalino desvía la luz hacia el interior de la cavidad ubicándola centradamente en el fondo del ojo (foco).

A pesar de ser de forma lenticular, el cristalino se puede modificar en su forma cambiando la ubicación de la luz respecto a la retina, esto es la distancia focal. Este cambio es favorable, cuando la imagen no está clara.

El cristalino varía su forma, expandiéndose o contrayéndose para ver una imagen correcta, puede ser desfavorable cuando existen patologías que se oponen a la visión normal y que serán consideradas posteriormente.