Tejidos

En los organismos pluricelulares, las células se agrupan dando origen a los tejidos. Podemos decir, entonces, que en los organismos existe una verdadera “división del trabajo”, en la que cada tejido desempeña una tarea particular
para mantener al organismo vivo y saludable.

Tipos de tejidos

Tejido adiposo: Está conformado por células que acumulan grasa, llamadas adipocitos. En el brazo, forma parte de la hipodermis, que es la capa más interna de la piel. Este tejido, además de evitar la pérdida de calor, sirve de
amortiguador, protegiendo órganos internos.

Tejido epitelial: Está formado por una o varias capas de células que recubren la superficie del organismo, además de las cavidades, órganos, conductos, mucosas y glándulas. En el caso de la piel, conforma la epidermis, que es la capa más superficial de esta. La epidermis está compuesta por aproximadamente cinco estratos celulares (epitelio pluriestratificado). También presenta melanocitos, que son células con pigmentos que le dan el color a la piel; células de Langerhans, que tienen funciones defensivas, y células nerviosas. No posee vasos sanguíneos

Tejido sanguíneo: Corresponde a un tipo de tejido conjuntivo (conectivo). Posee una fase sólida conformada por los glóbulos rojos, lo glóbulos blancos y las plaquetas; y una fase líquida, representada por el plasma. Los glóbulos rojos son células que transportan nutrientes y gases; los glóbulos blancos, como los linfocitos, son tipos celulares involucrados en la defensa del organismo; y las plaquetas, que corresponden a fragmentos celulares, participan en la coagulación sanguínea.

Tejidos

Tejido epitelial, adiposo y sanguíneo

Tejido muscular: Está formado por células alargadas, llamadas miocitos o fibras musculares. Los músculos del brazo, responsables del movimiento de este, están conformados por tejido muscular estriado voluntario o esquelético. Otros tipos de tejido muscular son el estriado involuntario, presente en el corazón, y el liso involuntario, que no posee estriaciones y se encuentra en la mayoría de los vasos sanguíneos y en órganos como los del sistema digestivo.

Tejido nervioso: Forma parte de los órganos del sistema nervioso, y está conformado por las neuronas (conducen las señales nerviosas) y las neuroglias o células gliales. Mediante este tejido recibimos los estímulos del medio y se controla la respuesta del organismo frente a estos.

Tejido óseo: Forma los huesos, que le dan forma y sostén al organismo. Es un tipo de tejido conjuntivo (conectivo) conformado por distintas células: los osteoblastos, encargados de la formación de tejido óseo nuevo; los osteocitos, que corresponden a osteoblastos maduros; y los osteoclastos, encargados de reabsorber o eliminar materia ósea. Según su estructura, se distinguen el tejido esponjoso, que está formado por espacios vacíos y tiene aspecto de red; y el tejido compacto, de aspecto duro y uniforme, abundante en huesos largos, como el húmero, del brazo, y el fémur, de la pierna.

Tejido conjuntivo: Se caracteriza por su origen embrionario, a partir de una capa de células llamada mesénquina embrionario. Su principal función es de sostén y conexión entre tejidos. Por ejemplo, conecta los tejidos epitelial y muscular.
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Tejido muscular, nervioso y óseo

Funciones de los tejidos

Los tejidos son un conjunto de células de forma similar, que cumplen una función específica.

Que un tejido lleve a cabo sus funciones específicas, depende de diversos factores. Por ejemplo: el tejido de la hoja de la planta elodea, está especializado para llevar a cabo uno de los principales procesos celulares de los vegetales: la fotosíntesis. Esto se evidencia en la gran cantidad de cloroplastos que hay en el interior de sus células. Entonces, para su funcionamiento, el tejido requiere del desarrollo y especialización de los organelos, y de las reacciones metabólicas que participan en el proceso fotosintético que ocurre al interior de las células que lo conforman.