Hormona del crecimiento

La hormona del crecimiento o somatotrofina (GH) es secretada y producida por la adenohipófisis. Esta hormona promueve la elongación de los músculos y los huesos durante la infancia y la adolescencia y también contribuye en la regulación del metabolismo. La secreción de la hormona del crecimiento es controlada por dos hormonas hipotalámicas: el factor liberador de hormona del crecimiento (GHRF) y el factor inhibidor de hormona del crecimiento (GHIF) o somatostatina. El primero estimula la secreción de hormona del crecimiento mientras que la segunda la inhibe. Algunas patologías provocadas por la alteración en la producción y secreción de la hormona del crecimiento son: el enanismo hipofisiario, la acromegalia y el gigantismo.

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Funciones de la hormona del crecimiento.

  • Enanismo hipofisiario. Es una deficiencia en la producción de hormona del crecimiento que puede ocurrir desde la etapa de lactancia hasta la infancia. Esta carencia hormonal provoca estatura anormalmente baja con proporciones corporales normales. La baja producción de somatotrofina es causada por anomalías de la hipófisis, mutaciones genéticas o lesiones cerebrales. El tratamiento para esta enfermedad consiste en la administración de hormona del crecímiento sintética.
  • Gigantismo hipofisiario. Corresponde a una secreción excesiva de somatotrofina que se presenta durante la niñez antes de que termine el crecimiento de los huesos. Las personas que sufren gigantismo tienen una estatura superior a lo normal y huesos extremadamente grandes pero que no sufren deformidad. La causa de esta hipersecreción de hormona del crecimiento, frecuentemente, es un tumor benigno de la hipófisis. En la mayoría de los casos el tratamiento consiste en cirugía para extirpar el tumor. Opcionalmente se puede recurrir a la administración de análogos de somatostatina y antagonistas de la hormona del crecimiento.
  • Acromegalia. Es un trastorno metabólico causado por el exceso de secreción de hormona del crecimiento después de haberse completado el crecimiento normal del esqueleto. Esto produce que los huesos en vez de alargarse se ensanchen y se deformen. Por ejemplo, la mandíbula se vuelve protuberante y los rasgos faciales se tornan toscos. Las manos y los pies se hinchan por el engrosamiento de sus huesos. Tejidos y órganos internos como el corazón, el hígado, el bazo, y los riñones, entre otros, se ensanchan pudiendo comprimir los nervios y afectando su función. La causa del aumento en la secreción de somatotrofina es, en la mayoría de los casos. un tumor benigno en la hipófisis, el cual se puede extraer por cirugra y/o destruir por radioterapia. Los valores normales de somatotrofina pueden tardar años en volver a la normalidad.

Las hormonas tiroideas (tiroxina y triyodotironina) son producidas y secretadas por la glándula tiroides. Junto con la hormona del crecimiento, las hormonas tiroideas son necesarias para un crecimiento normal debido a que regulan la actividad metabólica, aceleran el crecimiento corporal y estimulan el desarrollo del tejido nervioso.

  • Hipotiroidismo congénito o cretinismo. Es un síndrome producido por una hiposecreción de hormonas tiroideas durante el desarrollo fetal o la infancia. Uno de los principales síntomas del cretinismo es el escaso crecimiento óseo. Si no se trata inmediatamente con la administración oral de hormonas tiroideas que suplan esta deficiencia se puede producir un severo retraso mental y del crecimiento. Algunas causas de esta enfermedad son el desarrollo incompleto o destrucción de la glándula tiroides, o la estimulación deficiente de la hipófisis sobre la tiroides.