Generación de impulsos nerviosos

La capa de las células receptoras es un mosaico de cerca de 160 millones de unidades, por lo cual la imagen del mundo exterior se construye por porciones. Al ser estimulada por la luz, cada célula fotorreceptora produce una respuesta eléctrica proporcional a la intensidad de la luz recibida. Este potencial es transmitido a las neuronas bipolares de la capa adyacente, que a su vez lo hacen llegar a las neuronas ganglionares de la tercera capa. Los potenciales pueden también desplazarse lateralmente por medio de interneuronas, de modo que cada neurona ganglionar está conectada a un número importante de fotorreceptores. Las conexiones son más abundantes en la región periférica del ojo (es decir, más alejadas de la fóvea).

La salida del sistema se produce por los axones de las células ganglionares, que convergen en el nervio óptico. La información es transportada por el nervio óptico hasta los cuerpos cuadrigéminos anteriores (que intervienen principalmente en la orientación de los ojos, la cabeza y el cuerpo de modo de mantener la imagen de un objeto detectado en el campo visual periférico en la retina central) y los cuerpos geniculados laterales del tálamo (estructura de enlace que transmite los mensajes visuales a las regiones de la corteza cerebral ubicadas en los polos occipitales de los hemisferios cerebrales).