Contaminación del aire

El término smog es una contracción de las palabras inglesas smoke (humo) y fog (niebla), y este aerosol puede ser producido por la acción antrópica tanto como por causas naturales. El problema de las ciudades es el tipo y cantidad de sustancias que son vertidas localmente a la atmósfera por la ingente agrupación humana que las habita. Como no hay manera práctica de limpiar el aire que se respira, la única solución es prevenir la contaminación.

Los contaminantes del aire se clasifican en contaminantes primarios y secundarios. Los contaminantes primarios son formados en cualquier parte y descargados al aire, tal como el hollín de las combustiones, SO2 (óxido de azufre).

Los contaminantes secundarios se forman en el aire por reacción con los contaminantes primarios. Así, el SO2, que se forma en la combustión del petróleo y que reacciona en el aire con el oxígeno para formar el contaminante secundario trióxido de azufre (SO3). Éste a su vez reacciona con el agua y forma ácido sulfúrico (H2SO4), que también es considerado un contaminante secundario.
La contaminación del aire provoca enfermedades tanto agudas como crónicas, dentro de las primeras están los problemas oculares, algunos problemas respiratorios y eventual intoxicación por monóxido de carbono (CO). Las patologías crónicas atribuibles a la contaminación del aire a largo plazo están la bronquitis crónica, el asma y el enfisema. Todas estas condiciones crónicas elevan mucho el trabajo cardíaco y se ha observado un dramático incremento de las muertes por esta causa.