Dogma central de la biología molecular

La información genética contenida en el ADN experimenta dos procesos clave: replicación y expresión génica. A través de la replicación, el ADN se duplica, lo que permite repartir equitativamente el material genético a las células hijas durante el proceso de división celular. En la expresión génica, los genes son leídos por un conjunto de enzimas, siendo generalmente la síntesis de proteínas el producto final de dicho proceso.

La expresión génica, a su vez, incluye: la transcripción y la traducción. La transcripción es la síntesis de ARN mensajero (ARNm), a partir de la secuencia nucleotídica de un gen. Este proceso ocurre dentro del núcleo en los organismos eucariontes. Luego, el ARNm experimenta ciertas modificaciones localizándose, finalmente, en el citoplasma, en donde sirve como molde en el proceso de traducción. La traducción es la lectura del ARNm para generar una proteína.

En síntesis, el ADN se autorreplica. generando más ADN, o bien se transcribe, resultando en la producción de ARNm, el que a su vez experimenta traducción durante la síntesis de proteínas. En 1958, Francis Crick planteó que la información genética fluye del ADN al ARN y luego a las proteínas, nunca en sentido inverso, lo que se conoce como dogma central de la biología molecular. Este dogma constituye la piedra angular de la biología a nivel celular. No obstante, otros procesos escapan a este dogma, como, por ejemplo, la transcripción inversa que ocurre en ciertos virus. en donde el ARN genómico puede ser copiado en forma de ADN.

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El dogma central de la biología molecular establece que la información genética se transfiere del ADN al ARN, y de ahí a las proteínas.